San Miguel, guerrero valiente contra el error, coloca tu Escudo de la
Verdad sobre todas las naciones del mundo. Ilumina los corazones de
cada líder de gobierno para que vean las formas en que Satanás está
separando a la humanidad de la Voluntad de Dios. Con tu Espada de
la Verdad, otorga a toda la gente la luz para entender que toda vida
humana es la preciosa creación de Dios y que nunca se debe destruir.
No permitas que se legisle ninguna ley que apoye y proteja al pecado.
Con tu Espada y tu Escudo de la Verdad, coloca a Dios en el centro
de todos los corazones y como el Líder de todas las naciones.
Amén.