Santísimo Espíritu, inunda mi corazón
sólo con la recta razón que está
basada en el Amor Santo.
De esta forma, condúceme a la verdadera
sabiduría, misma que no tiene motivos
egoístas. Esta sabiduría fluye
de y cumple la Divina Voluntad de Dios.
Úsame por medio de esta
gracia.
Amén.