Oh glorioso san Silvestre del Montemayor,
conquista, conquista, conquistador,
ayúdame a conquistar a mi amor .......;
tú que papa fuiste en Roma,
y en Francia gobernador,
tú que ligaste a la culebra
con el culebrón
a la doncella con el varón,
tú que
recibiste de los Cielos fuerza y poderío,
préstame tu poder para amansar y
dominar a .......
(nombre de la persona amada).
Lígame para siempre con .......
para que llegue hasta mí con todo
su fuego y amor;
que los brazos de .......
se desesperen por estrechar mi cuerpo,
que sus labios se muerdan con ansias de
besarme,
que cada palpitación de su
corazón
sea para que me recuerde con amor.
Tengo que dominarte .......
te ordeno que solo y únicamente te guste yo .......
porque solamente yo soy tu ideal,
porque solo
yo te puedo dar un buen amor;
escucha bien:
tu .......
cada vez que me veas al pasar,
cada vez
que pienses en mi,
cada vez que escuches
mi voz,
sentirás mas atracción
por mi,
estarás más enamorado(a) de mí.
Tu ....... soñarás por la noche
conmigo,
soñarás como me besas,
me acaricias,
soñarás como me cuidas, proteges
y amas,
cada día, cada noche,
y hasta que no vengas a
mi rendido(a) y dócil
y
me muestres tu arrepentimiento
no tendrás
paz ni sosiego,
la desesperación
y la tristeza te invadirán
pues
tu ……. has de regresar a mis pies
a declararme
tu amor,
y quedarte para
siempre conmigo,
así te lo pido y te lo mando
por el poder de
San Silvestre
que me lo ha conferido.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros y Gloria.
Hacer la oración y los rezos tres veces
al día
durante siete días consecutivos.
Encender una vela blanca
verde, o rosada, cada día.